lunes, 9 de enero de 2017

Buscando la enseñanza ideal


Elena Belmonte de la Cruz


Gracias a la película “Whiplash”, dirigida por Damien Chazelle en 2014, podemos comprobar como hoy en día sigue funcionando la enseñanza tradicional. Este tipo de enseñanza se centra en la figura del profesor, quien dirige a un grupo de estudiantes bajo sus órdenes y sus propios intereses, dejando de lado los intereses o las necesidades individuales de cada alumno. En la película se narra la historia de Andrew Neiman, interpretado por Miles Teller, alumno de Shaffer, la mejor escuela de música de Estados Unidos.

El método de aprendizaje que usa el maestro Terence Fletcher, interpretado por Jonathan Kimble Simmons, se basa en el uso de castigos negativos. Según el Condicionamiento Instrumental, una de  las teorías del aprendizaje de Skinner, ante las conductas que el profesor considera indeseables retira algo bueno, por ejemplo cuando el titular de un instrumento no cumple los requisitos que pide el profesor, se le degrada de puesto. También, podemos apreciar el castigo cuando el profesor agrede físicamente a sus alumnos o lo ridiculiza ante el resto del alumnado, al no cumplir estos con sus expectativas. Por último, observamos el refuerzo positivo cuando un alumno lleva a cabo lo que el profesor exige, por ejemplo, otorgándoles un puesto superior al que poseían, lo que da lugar a una competencia entre los alumnos. La competencia que se genera impide que exista un aprendizaje grupal, tanto colaborativo como cooperativo, ya que ayudar a otro a mejorar perjudica la carrera de uno mismo. Con todo esto llegamos a la conclusión de que el aprendizaje es individual, dejando de lado la empatía y las habilidades sociales. Además, se fomenta la exclusión, que es uno de los problemas más importantes en la integración social, ya que da lugar al establecimiento de jerarquías y a las desigualdades sociales (Arnáiz, 2003).

La forma de enseñanza que utiliza el maestro me recuerda a la educación de la escuela Prusiana, que se nombra en la película de Germán Doin “La Educación Prohibida”, de 2012. Esta escuela, nace a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX en Prusia, buscaba crear un pueblo dócil y obediente. Todavía quedan secuelas de ese tipo de enseñanza, ya que el profesor sigue siendo el que dirige bajo sus criterios y los alumnos son simples súbditos de este, los cuales deben obedecerle. Lo podemos apreciar en el siguiente vídeo, donde se castiga la creatividad y el ir en contra de la enseñanza tradicional. 

También podemos apreciar la crítica a la rígida educación británica en la película “Pink Floyd- The Wall” del año 1982, dirigida por Alan Parker. Os dejo a continuación una muestra de la película:


Como bien se muestra en la comparación que se realiza en la película “La Educación Prohibida” entre el Mito de la Caverna, de Platón, y la escuela actual, el maestro entrega al alumno sus conocimientos, su realidad, sin dejar a este último salir y explorar, con el objetivo de que el alumno encuentre su propia realidad, es decir que el alumno haga el conocimiento suyo. Esto es lo que ocurre en la película “Whiplash”, donde lo podemos observar en acciones como la elección de las partituras, no son los alumnos los que las eligen según sus intereses, sino el profesor quien decide siempre por ellos, sin tener en cuenta las necesidades del alumnado. Podemos apreciar la falta de interés del profesor hacia sus alumnos y la escasa o nula motivación que recibe a cambio por parte del alumnado.

Con relación a lo anterior, he recordado un capítulo del libro de Didáctica de la lengua en la educación infantil, concretamente el capítulo seis escrito por Montserrat Fons titulado Aprender a leer y a escribir. Gracias a esta lectura comprendí que es de vital importancia motivar al alumnado para despertar su interés y que ellos mismos aprendan. En este capítulo se centra en el Aprendizaje Constructivista, cuyo objetivo principal es mirar por el alumnado. Además, según la concepción constructivista aprender es hacer del conocimiento algo nuestro, es decir, conocerlo, comprenderlo y darle forma propia. Otro punto clave que defiende este aprendizaje y con el que estoy de acuerdo es sobre cómo debe ser la función del profesor. Su papel es fundamental, pero no como mero transmisor de los contenidos, si no como mediador, facilitador de temas de interés del alumnado y, además, es el encargado de establecer condiciones apropiadas para que se establezca un aprendizaje adecuado. Aquí es donde aparece la teoría sociocultural de Vigotsky, esta indica que para que el profesor cree estas condiciones, zonas de desarrollo próximo, es necesario que conozca los conocimientos con los que parten cada alumno, es decir, conocer su zona de desarrollo real, de esta forma podrá ser capaz de establecer las condiciones necesarias y apropiadas para que el individuo llegue a adquirir nuevos conocimientos y progrese hacia la zona de desarrollo óptimo. Esta teoría es contraria a la metodología que realiza Terence Fletcher en su aula, ya que mira más por las necesidades del alumnado. Conocer el desarrollo y las capacidades del individuo evita la creación de situaciones extremas que pueden provocar en el alumno ansiedad o depresión, sin embargo en la película “Whiplash”, se viven estas situaciones y a consecuencia de ellas uno de sus antiguos alumnos llega a suicidarse.

Como ya he mencionado, no estoy de acuerdo con el método de enseñanza usado por Terence Fletcher, ya que es un método repetitivo, poco motivador y que no mira por sus alumnos. Él justifica su método en el minuto 79 de la película de la siguiente forma: “lo cierto es que sinceramente, no creo que la gente entendiera lo que hacía en Shaffer. No estaba allí para dirigir, cualquier idiota sabe mover los brazos y marcar el tempo, quería que mis alumnos se esforzaran más allá de las expectativas. Creo que es absolutamente necesario, si no estaríamos privando al mundo del próximo Louis Amstrong, del próximo Charlie Parker”. Es cierto, que sin exigencia es difícil conseguir nuestros sueños, pero también es cierto que sin algo que te mueva, que te motive positivamente a seguir se pierde el interés, solo con castigos es difícil superarnos con entusiasmo. Decir al alumno que lo ha hecho mal es positivo para él, porque aprende de sus errores, pero felicitarle cuando ha realizado bien la tarea es un premio que le motiva a seguir haciéndolo así de bien.

Para el protagonista de la película y alumno de Fletcher, Andrew Neiman, su talento y su perseverancia son el motor que le mueve a seguir soportando la actitud de su maestro y luchando por ser el mejor entre los mejores. Desde mi punto de vista, el alumno presenta ciertas características del síndrome de Asperger. Principalmente Neiman presenta un aislamiento social bastante importante, no tiene amigos de su edad y no tiene interés por relacionarse con los demás, “A mí no me importa mucho” dice sobre esto el protagonista. Con el único que mantiene una buena relación es con su padre, luego mantiene una relación con una chica de su edad, pero no termina bien. Además, no es capaz de ponerse en el lugar de los demás, ejemplo de ello es la escena en la que rompe con su novia, donde obvia los sentimientos de esta y solo piensa en sus prioridades. Tampoco es capaz de captar la ironía, como ocurre en la escena en que el protagonista invita a salir a una chica, esta usa la ironía de forma divertida, pero lo que consigue es dificultar la conversación. Un dato interesante es que le cuesta mantener el contacto visual con los demás. Por otro lado, tiene una limitada gama de intereses, ya que solo se centra en la batería y en la música, donde es un gran experto. Un ejemplo de esto último lo encontramos en la primera cita que tiene en la pizzería, donde no solo reconoce la canción que está sonando, sino el año en que se estrena y el nombre del batería. El alumno a pesar de ello lucha por lo que quiere, por ser el mejor y prefiere dejar de lado todo aquello que dificulta esto, como la relación con su novia. Finalmente, gracias a su perseverancia consigue al final superar las barreras que el profesor Fletcher crea.  

La situación familiar del protagonista no es la deseada, únicamente tiene buena relación con su padre, pues su madre se marchó cuando él aún era un bebé. Su padre, maestro de instituto, ve que su hijo presenta características poco habituales en chicos de su edad, como no mirar a los ojos o no tener amigos. Pero a pesar de ello le apoya y lucha por él. Sin embargo, no suelen hablar de los problemas que tiene Neiman, el padre al principio no le da importancia, pero al final de la película, cuando ve que la situación con el profesor Fletcher no es buena y este llega al punto de hacer sufrir a su hijo, decide actuar y apoyarle.

Como futura maestra mi método de aprendizaje, al contrario que el de la película, se basará en crear situaciones donde el niño este cómodo y predispuesto a aprender. Además, usaré dinámicas, en el caso de la película hubiera usado La pelota o La maleta cuando Neiman entra nuevo en la clase de Fletcher, de esta forma él rápidamente se presentaría y conocería algo más a sus compañeros, creando un clima más cálido. La motivación es un vehículo muy importante a lo largo de nuestras vidas, lo que nos mueve a la indagación y a la experimentación es esta. Es cierto, que muchos de los métodos usados hoy en día para aprender son por repetición hasta conseguir el resultado correcto según el criterio del profesor, como ocurre en “Whiplash”. Con un método de enseñanza tan rígido un número escaso de alumnos alcanzará el nivel deseado. Por suerte, en la actualidad parece que estos métodos, al menos en Infantil, van disminuyendo y se centran más en satisfacer las necesidades del niño, independientemente de las necesidades del adulto.

La principal esperanza de una nación descansa en la adecuada
educación de su infancia.”

Erasmo de Rótterdam

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